Llegar de vuelta a casa con mis perros y solo con ganas de
besar a mis gatos. Zapatillas y calcetines llenos de arena, un dorsal arrugado,
un gorro de natación aún con algunas gotitas de agua del cristalino mar de
Arenales del Sol, y una medalla finisher, son los vestigios que quedan de un
muy intenso fin de semana que ha resultado ser esta nueva aventura para mí,
como ha sido el triatlón y en concreto mi participación en el Medio Ironman
“Arenales 113” en Elche (Alicante).
Hasta los últimos día estuve amasando la idea de si alojarme
en el propio Elche la noche anterior o bien optar por dormir la noche anterior en casa (a
aproximadamente hora y cuarto de viaje en coche), finalmente me decidí por esta
última opción pensando en que aunque acabara haciendo otro viaje de ida y vuelta,
me evitaría extrañar la cama si dormía en casa con lo que al final me saldría
rentable en horas de sueño, luego comprobaría que los planes no saldrían exactamente como me hubieran gustado.
Así que el sábado primer viaje a Elche para dejar la bici,
recoger el dorsal, chip y demás artilugios, dejar la bici preparada en el box
(que disparate las máquinas que lleva la gente, es impresionante, aunque
también te ves unas reliquias vintage muy guapas jeje) y escuchar el briefing o
charla técnica donde nos explicaban (supongo que la gente veterana lo tiene ya
todo más que sabido, a mi que era novato, me vino bien) como eran los
circuitos, así como los árbitros también dejando claras las normas que hay que
cumplir para evitar penalizaciones, en especial el drafting en la bici (para
quien no conozca estos tecnicismos, en las pruebas de “no-drafting” como el
caso de esta, son en las que ningún ciclista se puede poner tras otro para así coger
su rebufo y ahorrar fuerzas al no tener que cortar el viento como el que va
primero, de esta forma nadie se puede así aprovechar del esfuerzo de ningún
otro participante), yo bastante atento a todo para no meter la pata con nada.
El triatlón es un deporte con cierta complejidad en cuanto al material y
normas, sobre todo cuando te estrenas en esta disciplina, así que a intentar no
perderme detalle de nada para no meter la pata luego.
En esos momentos estábamos escuchando la charla sentad@s
frente a las míticas escaleras que al día siguiente habríamos de subir dos
veces. La verdad que en los videos de youtube que había visto con anterioridad,
no me habían parecido tan duras como cuando te plantas debajo de ellas. Lo peor
es que cuando acaban allí donde no os alcanza la vista en esta foto, si veis la
urbanización que hay arriba, hay que rodearla subiendo un cuestón a una media
del 12% de desnivel, que al final sumado todo te deja las patas temblando y a
fe que lo comprobaría al día siguiente jeje
También aproveché el viaje del sábado para nadar 15 minutos en las
aguas donde al día siguiente abriríamos la prueba, la verdad esos minutos
disfruté muchísimo porque estaban super cristalinas y con un montón de peces
distintos, que también me hizo darme cuenta de lo muerto que está el Mar Menor,
lugar donde he estado nadando durante los entrenamientos, y donde no ves vida
alguna al menos relativamente cerca de la orilla. También pensaba como alguien puede
divertirse quitándoles la vida a criaturas tan bonitas y que están tan felices
y tranquilas en su hábitat, en lugar de maravillarse observándolas. Que nos
sintamos lejanos de los peces porque no pertenezcan a nuestro elemento
terrestre, no nos habilita para hacerles
daño. Que no puedan gritar cuando se les pesca no nos debería hacer pensar que
no pueden sufrir ni sentir. A menudo pienso en lo fácil que deberían ser las
cosas de entender, no creo que sea tan complicado de cultivar un poco de
empatía, luego vamos dándonos golpes en el pecho de nuestra tan cacareada
“racionalidad” como cualidad distintiva del resto del mundo animal y que
incluso nos extrae de dicho reino para mucha gente…
Tras todo ello vuelta a casa, últimos preparativos, y sobre las
22:00 me zampo una superensalada de las mías, en esta ocasión con plumas
(pasta) de arroz y quinoa, un aguacate, garbanzos, nueces, pipas de calabaza,
semillas de sésamo y pepino, un par de mandarinas de postre, y al poco rato a
la cama, que el despertador suena a las 4:30.
Y es en este momento cuando empieza seguramente mi Medio
Ironman: no conseguía conciliar el sueño. De normal soy un lirón para dormir y
a los dos minutos de tocar la almohada ya estoy frito, aunque ciertamente la noche
antes de una prueba siempre cuesta algo más dormirse. Pero lo del sábado fue
épico, no paraba de centrifugarme la cabeza, pensando en la prueba, el
material, hacerlo todo bien para que no te saquen tarjeta,… mil cosas que te
pasan por la cabeza y te vuelven a pasar a pesar de tratar de evadir la mente
pensando en cualquier otra cosa o tratando de dejarla en blanco, al final el
pensamiento era redundante y la 1, las 2,… las 3… omg… a las 4:15 ya decidí
levantarme y ganar ese cuarto de hora en parar por ahí en una gasolinera
cualquiera de camino, a tomarme un café, que falta me iba a hacer. La primera
en la frente, como se suele decir. Había que pagar la novatada, y esta
seguramente era la primera lección, que no por ser más o menos inevitable, no
deja de pasar factura seguramente.
Pongo camino para Elche, parando como decía a tomar café en
una gasolinera donde converso unos minutos con un simpático, adormecido y
hablador dependiente, así que llego a Arenales y aparco relativamente cerca del
cogollo de la prueba, y en el coche ya me visto con mi mono vegan y me enfundo
ya de hecho también el traje de natación. En el box termino todos los
preparativos del material y nos vamos para la playa enseguida ya que los jueces
están cerrando el box a las 7:30 en punto. Al menos esta vez no he tenido que
correr y me ha dado tiempo a hacerlo todo con pausa para no fallar, que en mi
es muy habitual ir más tranquilo de la cuenta y al final andar corriendo a
última hora.
Nos vamos a la playa y tras “calentar” un poco en el agua
(es un decir porque estaba fría, aunque no tanto como cabía pensar a esas
horas, realmente no estaba nada mal de temperatura para lo que cabía esperar), nos van llamando a cámara
de salidas a los diversos grupos por edad, élite, etc, en los que nos
clasificaban. Yo estaba en el tercer grupo al no estar federado, tras l@s élite
y el grupo de chicas. Se retrasa la salida unos 20 o 25 minutos que se hacen
desesperantes, no pueden dar la salida hasta que la Guardia Civil no de el ok
de que el circuito de bici no está ya totalmente cerrado al tráfico, así que
allí andamos comentando un poco la desesperación y los nervios por el retraso.
Por fin van dando la salida al primer y segundo grupo y tras
ellos, al agua patos. Pronto empiezo a notar que no voy fino nadando porque veo
que me pasa bastante gente, y cuando te pasa más gente que la que tú pasas,
nunca suele ser buena señal. Acabo por descolgarme, la natación es sin duda lo
que peor se me da de las tres disciplinas, pero el tema me estaba empezando a
preocupar y a sobrepasar poco a poco. Al rato llegan los fieras de los grupos traseros, gente federada
por edades, que me quitan las pegatinas, a partir de ahí mi natación se
convirtió más en una cuestión de supervivencia que en cualquier otra cosa.
Manotazos (me llevé una hostia en la cara que aún no se cómo las gafas se me
quedaron en su sitio), hasta un tío intentó “nadarme” pasando por encima mía,
otro que tras pasarme se cierra enseguida y casi se pone a patalear en mi
cara,… en fin una jungla en el agua y para mí que era la primera vez en mi vida que me
metía en el agua en una de estas con tanta gente con tanta chispa y nervio,
pues el agobio era total. Por momentos tenía que ir sacando codos y manos
mientras nadaba para tratar de protegerme. Cuando por fin giré la tercera boya
que era la que ya te dejaba encarar de nuevo en dirección de vuelta a la playa,
el arco inflable que nos señalaba el punto de llegada en la arena me parecía tan lejano
pffffff pero bueno, seguimos y poco a poco ves el fondo marino hasta que
lo vas viendo cada vez más cercano y acabas por poder empezar a caminar, uffff
que bendición. Miro el reloj y... 45 minutazos, la previsión de mi entrenador era
que podía haber nadado en 37-38 minutos pero cual es mi sorpresa de añadido
cuando compruebo que según mi reloj-gps he nadado unos 2250 metros en lugar de
los 1900 que supuestamente son!, se ve que tampoco he ido muy recto (a veces es
complicado orientarse nadando en el mar para hacer una línea recta y más para
alguien novato como yo) y me he comido según el reloj una buena tirada más de regalo. De
todas formas antes de mirar el reloj pensaba que iban a caerme más minutos que
esos 45 así que intento ser positivo y ver el vaso medio lleno, y por supuesto
pensando que haber perdido unos minutos dentro de una prueba de más de 5 horas
es absurdo calentarse la cabeza con ello, y más yendo de estreno en este
deporte.
Así que nada, corriendo para boxes mientras me voy
desenfundando el traje de natación, y me preparo para la bici. La bici empieza
con una cota bastante dura, con las piernas aún bastante frías, que corresponde a la misma subida de las escaleras que antes
os comentaba, pero por la carretera que hay un poquito más adelante para el
sector de la bici. El circuito en general es muy chulo para rodar rápido, tiene
muchos virajes, rotondas y cambios de dirección pero se puede rodar acoplado la
práctica totalidad del mismo y eso hago, salvo en la subida a algunos repechos
donde sobre todo para relajar la posición cuando llevo mucho rato acoplado y
notas espalda, riñones y tríceps cargados, me pongo de pie de vez en cuando, aunque en
general he mantenido la posición muy bien durante la inmensa mayoría del sector. Paso a bastante
gente, mucha de esa que lleva esas máquinas brutales (mi bici es una bici
convencional de carretera), el pulso lo voy manejando muy bien, en torno a las
150ppm que es un buen punto de intensidad para mí para esta prueba,
supuestamente guardando algo para luego para la carrera a pie, aunque por otra
parte también iba algo cabreado con la natación que había hecho y con ganas de
desquitarme en la bici, que en teoría es lo que mejor se me habría de dar. Y
poco a poco fui encontrando sensaciones, no me salió tampoco una bici
especialmente buena, pero tampoco mala desde luego dadas las circunstancias.
Es una gozada además que el circuito esté cerrado al tráfico
porque puedes concentrarte en el esfuerzo al 100% y también en no hacer
drafting, lo cual en los primeros kilómetros se hace algo complejo porque vamos
mucha gente junta hasta que se estira un poco el tema, y a veces no sabes como colocarte… y también que hay gente
que incluso siendo seguramente veterana en el tema, yendo sola va por el medio
del carril dificultando así que puedas adelantarle sin el peligro de que un
árbitro te saque una tarjeta. Pero bueno, fui siempre pendiente de hacer bien
ese tema y para ser mi primera vez, no tuve ningún problema en ese sentido.
Te encontrabas a bastantes espectadores durante el circuito
animando, y bien que se agradecía desde luego. Los voluntarios también una
pasada, se desvivían en los avituallamientos por darte comida y bebida, aunque
yo me llevé mis propias barritas, unas que tiene mi tendero y son vegan de
higos y fruta que son super energéticas y me van genial, y también llevaba mis
propios geles aunque ya me había asegurado previamente de mirar que los que servían en
los avituallamientos, de la marca Etixx, también son aptos para vegan@s. Eso
si, en el tercer avituallamiento de la bici, allá por el kilómetro 70 y pico o algo
así, le pido un bidón de isotónico a un voluntario y conforme lo cojo en marcha,
por el peso noto que estaba prácticamente vacío pfffff me la has hecho negra
amigo!!, y ya no iba a parar ni a dar la vuelta, así que seguí a pesar de que el
día estaba ya bastante caluroso e iba a llegar a los últimos kilómetros de la
bici con sed habiéndome quedado enseguida sin líquido por tal circunstancia, pero bueno, pensando en
beber enseguida a menudo en cuanto me enfundara las zapatillas.
Llego a boxes con un sector de bici en unas 2h42min a una
media de 31,3 km/h, sin duda podría haberlo hecho mejor, pero bueno no está mal
tampoco. Realmente no llegué obsesionado con hacer cronos a esta prueba que era
la de mi estreno, ya habrá tiempo de pulir cosas y de crecer en los detalles.
Creo que hago una T2 rápida, en unos 3 minutos, y enseguida a correr.
El recorrido nos hacía dar dos vueltas y media a un circuito
con esas escaleras que os comentaba y también por unos 250 metros de dunas en
la playa, en 3 ocasiones. La primera vuelta la hago bastante bien, hasta las escaleras voy a 5
minutos/km de ritmo que para lo que ya llevamos en la mochila desde que
empezamos la jornada, no está nada mal para mí. El paseo marítimo está
plagadísimo de espectadores que nos jalean a tope. Pienso en no mirar el
cuentakilómetros del reloj: para mí que soy ciclista, se me hace tremendamente
desesperante lo lentos que pasan los kilómetros corriendo a pie, así que pienso
que al menos hasta que no haya llegado al ecuador del medio maratón, pasado el
km 10 o así, paso del asunto. Llega la primera subida a
las escaleras, pienso en los consejos del mister y de Juangre que me dicen que
no me empeñe en correrlas, que no merece la pena la ganancia que puedes lograr
respecto a la factura física que te puede pasar después, y así hago. Toca
rodear esa urbanización de arriba que antes os comentaba donde hay un
avituallamiento en el que como os decía, un montón de chic@s y señoras que
igual son sus madres, se desviven por atenderte, les hace hasta ilusión que
cojas de lo suyo. Creo que son l@s mism@s chic@s que artesanalmente
confeccionan las medallas de finisher que luego nos dan al llegar a meta y que
os he puesto en la primera foto, creo que son de una asociación de síndrome de
Down, discapacitad@s o algo así, en fin, son majísim@s y super volcad@s con su labor, me
resultaba muy emocionante la ilusión que le ponían, tan cariñosos, siempre tuve
un momento para devolverles un “gracias” o alguna palabra de cariño, se les
iluminaba la cara, que gracios@s...
A todo esto me llevó un rato sacarme de la cabeza la idea
del no-drafting, de manera que en los primeros kilómetros de la carrera a pie
llevaba la sensación de que no podía acoplarme detrás de ningún/a corredor/a
jeje tanto rato en la bici con ese chip es lo que tiene…
Bajada de nuevo al paseo marítimo y vas perdiendo altura
hasta que te meten poco a poco hacia la playa, donde poco antes hay un
avituallamiento en el que aprovecho tanto a la ida como a la vuelta para coger
botellita de agua en la mano (por supuesto sin tirar en ningún momento de la
prueba, ni en la bici ni ahora, ningún desperdicio al suelo, es vergonzoso lo
que hace mucha gente, hasta en esa zona tan bonita, todo plagado de
desperdicios de geles, botellas de agua pfffff alucino, con lo poco que cuesta
llevarlo en la mano hasta el siguiente avituallamiento donde lo puedes dejar) e
ir bebiendo a tragos pequeños y también mojándome el cuerpo y las piernas. Yo
que soy animal de calor mientras tenga agüita fresca no hay problema jeje así
conozco por primera vez el paso por las dunas de la playa, que se pega bastante
pero que hago corriendo tanto esta vez como las otras dos, mientras mucha otra
gente a mi altura si que las hace andando. Me pasa un chaval dándome
una palmada y diciéndome “yo tampoco como animales!”, grande!, le animo todo lo
que puedo. La segunda vuelta la hago también bastante decente aunque ya
perdiendo algo de ritmo sobre la primera, el desnivel de la carrera a pie se va
notando y como no puede ser de otra forma, va haciendo mella en las piernas a
fuego lento. Realmente la carrera a pie tiene proporcionalmente más desnivel
que el sector de la bici, lo que le da sin duda la seña de identidad y el sello
que tiene a este Medio Ironman tan conocido en el territorio español.
Voy animando a toda la gente que veo hundida ya a esas
alturas, gente parada con problemas físicos, gente andando,… siempre les doy
una palmadita en la espalda y una palabra de ánimo cuando los paso. No cuesta
nada y cuando se está pasando tan mal, una palabra de ánimo a veces hace
milagros.
Cumplida la segunda vuelta ya se perfectamente lo que me
queda, cuando corono la urbanización ya se que es la última vez y que ya no hay
que volver a subir, me dejo caer hacia el paseo marítimo y a partir de aquí si
que empiezo a notar ya que pierdo prestaciones, quedan unos 5 kilómetros pero
se me hicieron bastante largos. Eso si, en ningún momento me dediqué a andar,
no quería verme derrotado por la prueba sino al contrario, llegar a meta
habiéndola corrido hasta el final, y así lo conseguí.
Como siempre cuando ya diviso la meta en cualquier prueba en
la que participo, saco el anillo de mi madre que cuelga de mi pecho y lo beso,
miro al cielo y como siempre va por ti mamá, gracias por darme fuerzas una vez
más, se que me apoyas y que estás orgullosa de que saque lo mejor de mí para
que defienda a quien no puede hacerlo. Pasan y pasan los años y aún no se como
manejar tu pérdida, te echo tanto de menos pequeña…
Cruzo la meta y lloro de emoción y alegría, ya soy finisher
de un Medio Ironman. Ha sido muy duro, pero ya sabía a lo que venía y lo que
era esta prueba. Recibo el abrazo de Ximo, el organizador de la prueba, que así
hace con tod@s y cada un@ de l@s finishers que llegan a meta. Miro el crono de
reojo, veo 5h41min aunque luego hay que restar esos 4 minutos que salimos
después de que se diera la salida, pero esto me da igual, es lo de menos, he
conseguido mi objetivo, estrenarme en el triatlón con un Medio Ironman
consiguiendo terminarlo y además haciendo un papel bastante digno para mis
posibilidades, así que el balance muy positivo.
Tengo muchas cosas que mejorar, crecer en experiencia…
dormir la noche antes!! jeje quizá lo primero lleve a lo segundo. En fin, ya estoy
pensando en volver el año que viene, creo que tengo mucho margen de mejora en
muchos aspectos y ha sido una experiencia muy positiva que me puede ayudar
mucho a afrontar el que si todo va bien será mi gran objetivo del año 2017, que
ya sería asaltar el Ironman (3800 metros nadando + 180 km de bici + una
maratón, es decir, 42 km y pico).
Pienso también en esos momentos de emoción en tod@s l@s
amig@s que me han animado y apoyado en las fechas previas, tanto personal como
cibernéticamente, sería imposible nombrar a tod@s y no querría olvidarme de nadie haciéndolo. Gracias especialmente por lo que me han ayudado, a los consejos y sabiduría de Nacho mi entrenador
(outsider.es), que siempre sabe llevarme, buscar mi mejor punto y animarme cuando hay días malos.
También a Juangre, que ha aguantado estoicamente un montonazo de mensajes míos
con dudas y cuestiones varias, propias de un novato como yo en esta disciplina.
Y como antes os contaba, lo que más me emociona y me gusta
es “pasear” mi equipación vegana. Se que mucha gente que me leéis creéis que
soy algo fuera de lo normal deportivamente. Pero creedme cuando os digo que eso
rotundamente y con toda la sinceridad del mundo ni falsa modestia alguna, que
eso no es así, y precisamente creo que ese es mi gran valor y mi mejor virtud.
Al menos para mí lo es, creedme en lo que os digo de verdad y de corazón, de verdad me gustaría que comprendiérais esto. Soy
un deportista del montón, con un motor como cualquier hij@ de vecin@, pero mi
regularidad, mi constancia, mi pasión al fin y al cabo por el deporte o
deportes que practico y por luchar los objetivos que persigo, me dan ese punto
que me hace capaz de asaltar metas difíciles.
Y de esto que os digo lo que me parece más bonito es tratar
de seguir demostrando una y otra vez, como hacen tant@s y tant@s compañer@s
vegan@s en este país y en este mundo, (algún@s superdotad@s genéticamente como
por cierto el propio ganador de este Medio Ironman, Eneko Llanos) en mayor o
menor medida, gente que nace con esas cualidades físicas innatas capaces de
luchar por los primeros puestos de unas u otras competiciones, junto con su
esfuerzo y su entrenamiento, claro está. Y luego estamos la mayoría de la gente
que con un motor normalito, demostramos una y otra vez que, quedes más arriba o
menos en una clasificación, al fin y al cabo estamos muy saludables, mucho más en
realidad que quienes padecen o puede padecer todas esas enfermedades aparejadas
al consumo de productos animales en cuanto a la alimentación se refiere. Desde
la cuna tenemos arraigado la necesidad de ese consumo, así que es algo con unas
raíces tan profundas que paralelamente al plano ético, reivindicando que una
vida es una vida, independientemente de la especie a la que pertenezca, con las
mismas ganas de jugar, de querer a su madre y que no la separen de ella, de
sentirse segura, con las mismas facultades para sentir amor, terror, frío,
miedo, dolor, que nosotr@s,...
paralelamente y de la misma forma también debemos trabajar en derribar esos
mitos, y el deporte nos ofrece una ventana maravillosa para ello y seguir
evidenciando que…
NO NECESITAMOS QUE UN CORAZON MUERA PARA QUE EL NUESTRO SIGA
LATIENDO
GO VEGAN
Estoy en el trabajo, pero comencé a leer y no pude dejar de hacerlo hasta terminar, definitivamente alucine con tu relato, me canse, me emocione y nada que decir excepto mis felicitaciones y mi admiración, realmente eres una persona genial, honrada de ser tu amiga aunque sea por estos medios.
ResponderEliminarGrande Pedro un gran abrazo
Para mi si que es un honor y un orgullo encontrarme con personas tan estupendas y honorables como tú querida Valentina. Me alegro que lo hayas disfrutado tanto y tan en primera persona jeje ya tienes tu medio Ironman también conseguido!! jajaja recíprocas tus palabras al 100%, un abrazo muy grande y que tengas muy bonito día allí al otro lado del charco, aquí ya enseguida a dormir, hasta luego amiga :)
EliminarQuerido Pedro, me pique leyéndote!!!!! que emoción con todo lo que nos cuentas,cuando te digo que inspiras y que te admiro un montón te lo digo con el corazón, se me salió alguna lagrimilla te juro!!!
ResponderEliminarTantas cosas tan bonitas que eres Tu, un abrazo, te felicito mucho por tu esfuerzo y por tus logros,Gracias por compartir:)
#Govegan
Gracias bonita por como siempre tus palabras y tu apoyo, es una suerte conocerte aunque sea via internet, gracias de verdad como siempre por estar ahí y tus palabras desde luego son recíprocas :) un abrazo grande mexicanita guapa :) #govegan
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